Casona Montañesa con un diseño tan auténtico que bien entendido está llevado a su máxima expresión, en un enclave único como es el precioso y encantador pueblo de Aés, rodeado por las bellas montañas del precioso entorno que enmarca el municipio de Puente Viesgo, una finca de más de tres mil metros cuadrados con vistas de postal, fachada y muro auténticos de piedra y una piscina enriqueciendo esta singular propiedad que despertará esa necesidad de dejarlo todo, de vivir en contacto con la naturaleza, y a la vez estar a media hora del mar y la ciudad.
DISTRIBUCIÓN
Te enamorarás de esta propiedad que rebosa armonía en sí misma y que empasta a la perfección con todo lo que la rodea, que invita a vivir veladas íntimas, cenas interminables con amigos, fiestas en familia, en un extraordinario porche orientado al sur, junto con la magia de su jardín
Un salón, decorado con gusto, generoso y diáfano, llama la atención su amplísimo ventanal en la cubierta, que le da un ambiente cálido de dulce hogar, donde la gran protagonista será la chimenea y las reuniones cerca del fuego que ocupa el lugar más importante de la estancia principal.
Las habitaciones generosas, balcones típicos montañeses, cuarto de baño privado, donde cada mañana tu despertador natural será la luz del sol. Accederás a ellas por una escalera de madera que le suma originalidad y encanto a la propiedad. Y seguimos subiendo a la planta más alta donde encontraremos otras dos habitaciones ideales para invitados o para los niños, o para desarrollar ahí tu capricho, un gimnasio, una sala de juegos, una salita de estar privada, ese lugar con el que siempre has soñado para hacerlo tuyo, tu lugar en el mundo.
- Piscina
- Jardín
- Jardín
- Terraza
- Calefacción
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Ubicación
Ubicado en una zona de gran atractivo por su historia y por su extraordinario enclave paisajístico de gran belleza natural, fiestas de mucha tradición popular y esmerada gastronomía.
En definitiva una magnífica situación para disfrutar del regalo que supone acariciar cada día la naturaleza con los ojos. A media hora escasa de las playas de la costa cántabra. Se convierten en escenarios perfectos por los que pasear, relajarse y desconectar.